Acaba 2014 y el aumento de la desigualdad en Extremadura cada
vez es más patente. Trabajar no significa salir de la pobreza y el escaso
empleo generado es precario, sin derechos y casi sin salario.
Monago debe estar contento. Va para su cuarto mensaje de fin
de año y tampoco éste podrá ofrecernos nuevos centros escolares construidos, centros
de salud, camas hospitalarias, centros de atención a la dependencia, a los
domicilios, etc. Tampoco nuevas inversiones productivas, ni solución para los
problemas que atraviesan aún empresas significativas que todavía nos quedan
vivas.
En fin, nada de provecho… ¡Nada de nada! Eso sí, ocurrencias sin
sustancia, muchas, saraos también. Y si no, juzguen ustedes mismos: para acabar
el año, más allá de Míster Allen y su clarinete, de nuevo resurge el invento de
la ESO de los 1000 euros. Esta vez sin examen final: hala, más votantes en Mayo...
Ahí es ná, como el del Whisky, sin complejos y sin vergüenza. ¡Feliz 2015! Pero con sensatez, por favor!!
El invento de la ESO a 1000 euros fue una ocurrencia con la que se pretendía disfrazar el fracaso/abandono escolar. Imposible que en el plazo destinado a obtener la titulación las chavales y chavalas adquirieran las mismas competencias que el resto. Identificar igualdad de certificación con igualdad de resultados o pretender que estos chavales a través de este sistema tengan las mismas oportunidades que el resto es una falacia en el mejor de los casos y en el peor, la realidad, engañar a la gente a través de las estadísticas. Y qué decir del mensaje lanzado a los jóvenes, nada que ver con la promoción de la cultura del esfuerzo que tan a gala ha llevado el partido popular.
ResponderEliminarLa cosa se agrava si consideramos la ausencia de políticas destinadas promover el empleo entre los jóvenes. Eliminar el examen final no es más que una evidencia del fracaso de la medida. No se trata de no facilitarles la obtención del certificado de educación secundaria, imprescindible, pero la responsabilidad, de haber existido, debería haberse orientado a diseñar otras fórmulas. La pedagogía de mínimos que se encuentra en esta chapuza solo contribuye a generar exclusión social.