Francia frenó al populismo, destacan hoy las portadas
europeas. Macron, el liberal sin marca, ganó las elecciones a la filo fascista
Lepen. Anoche las crónicas televisivas exaltaban los rostros alegres de
ciudadanos europeos, como si de la salida de un duro trance se hubiera tratado.
Una pesadilla que acechaba, tal vez.
Pero cuidado, hay poco que festejar. Un 34% de voto ultraderechista
son muchos millones de votos, para la Francia de la “Libertad, Igualdad,
Fraternidad”. Y los diversos populismos,
todos, lejos de ceder, siguen en auge; y no por
moda, sino porque su origen viene dado por el arbitrario afán de un
capitalismo salvaje para subyugar y empobrecer a la clase trabajadora y quebrar
así, el hasta ahora tan beneficioso Modelo Social Europeo.
Esperemos que esta vez sí, hayamos aprendido de verdad y
desandando pasos necesarios y trazando caminos nuevos, revitalicemos ese gran pacto
europeo de solidaridad y democracia. Mañana día de Europa, Yuste, debe ser una
oportunidad.
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