Rehusar de la familia pensando que ésta puede perjudicar el triunfo personal en la vida, no es algo nuevo.
Esta forma de proceder, cobarde y deleznable, está bastante más extendida en nuestra sociedad de lo que a veces imaginamos. Se oculta la génesis, la clase social, el lugar de nacimiento, las penurias pasadas, enfermedades, etc.
En política, sobre todo entre la gente que es muy de derechas, ocultar la identidad ideológica, pervirtiendo los mensajes, mintiendo y aparentando lo que nunca se fue, también es práctica habitual desde tiempos remotos. Esta actitud es tan cobarde y deleznable como la personal de repudiar el ámbito familiar.
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