El Parlamento catalán acaba de elegir por mayoría absoluta un
Presidente de la Generalitat con una hoja de ruta clarita, clarita, que no deja
lugar a dudas. Restan escasas cuarenta y ocho horas para que se constituyan las
Cortes Generales. La ciudadanía española sigue supurando por su gran herida
social, en forma de desempleo, precariedad, pobreza e incertidumbre para sostener
el ya mermado estado de bienestar.
Mientras tanto, los conspicuos líderes de los cuatro partidos
más votados en las últimas elecciones generales del 20-D, siguen en su
particular “pim, pam, pum”, mirando exclusivamente su ombligo si es que
siquiera aún llegan a tanto. Mediocre e insípida como respuesta política,
resultó anoche la comparecencia de Rajoy ante la iniciativa catalana. Tampoco
es que la superen los que defienden el referéndum exclusivo o la reforma
constitucional federal sin más explicaciones.
Basta ya de pamplinas. Se necesita valentía, claridad y respuestas
que arreglen el futuro de una ciudadanía que se desangra: ¡Por favor, pónganse
de una vez a hacer política!
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