Pasó la Semana Santa.
Ojalá y haya sido satisfactoria para quienes la hayan disfrutado en función de
sus propias y diversas expectativas, sobre todo y muy especialmente para quienes
hayan visto culminadas sus esperanzas laborales y de empleo, sin duda nuestra
mayor carencia regional.
La Semana Santa es una
fiesta religiosa, tradicional, cultural, popular, deportiva, primaveral, de
ocio, paisajística, viajera, etc. Es como la propia ciudadanía, diversa y plural.
Siendo así, ¿por qué
hay quien se empeña en utilizar este tipo de fiestas y sus múltiples eventos
para separar y clasificar a las personas? Buenas y malas, religiosas o paganas,
serias o divertidas…Hasta en patriotas y no patriotas, este año, si has
criticado a Rajoy o no, por obligar a nuestro ejército, también popular, plural
y diverso, a imponer estos días luto oficial en los cuarteles.
En fin, más sensatez,
tolerancia, libertad y mayor espíritu democrático para hacernos personas más libres
y críticas, más respetuosas y plurales, esencia de las sociedades maduras y
modernas.
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