Lo sucedido con el recién nombrado Consejero de Hacienda de
la Junta de Extremadura, Clemente Checa, es la gota que colma un vaso ya
demasiado rebosado.
Más allá de las incompatibilidades que las “vistan como las
vistan”, las hay y clarísimas, está el papel jugado por el Presidente de la
Junta, haciendo oídos sordos a la ética, no cesando al Consejero y poniendo con
ello, a las personas honestas al servicio ciudadano, en el disparadero de las
corruptelas y de la desconfianza pública.
Lo del Consejo Consultivo de Extremadura tampoco tiene
nombre. La decisión chapucera de justificar y amparar los informes de Checa,
como si de “creación literaria o científica” se tratara, es un insulto a la
esencia del propio órgano y a la decencia e inteligencia ciudadana, por lo que
el “tiempo es tardanza” para que todos
estén ya en su casa.
La mayoría parlamentaria en la Asamblea de Extremadura tiene
la oportunidad de reconducir esto sin ambages y tacticismos. No defraudéis y
haced que recuperemos la confianza democrática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario