En más de sesenta ciudades españolas, once de ellas
extremeñas, manifestaciones y actos multitudinarios, exigirán hoy que Europa acoja,
comprenda y enarbole la bandera del derecho al refugio como derecho humano
universal prioritario.
En pleno siglo XXI, el Mediterráneo se está llenando de miles
de cadáveres, muchos de ellos niños y niñas, que huyen de la guerra, el terror,
la esclavitud y el hambre. Otros vagan por campos y ciudades europeas, sin
derechos, escondidos y perseguidos como si de delincuentes se trataran. También
son expulsados hacia Turquía, porque la Europa que vivió dos guerras mundiales
y otras regionales igual de cruentas, olvidó su pasado, su modelo de sociedad y
sus principios inspiradores de solidaridad, igualdad y libertad. Pobre Europa,
pobres europeos, volvemos a tropezar de
nuevo con la piedra de nuestra historia.
Mientras, aquí en España, sigue la vorágine electoralista
también si mirar atrás para encarar el futuro. Pobre España, pobre ciudadanía
española.
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