El Parlamento de Cataluña carece de legitimidad electoral,
política, constitucional y estatutaria para proceder a una declaración de
independencia.
El cumplimiento del orden constitucional y estatutario es exigible a toda la ciudadanía, pero sobre todo a quienes tienen
responsabilidad de gobierno. Aún así el problema generado, básicamente de
naturaleza política, no se debe tratar de resolver sólo con medidas jurídicas.
Estamos
ante un problema político de primera magnitud, al que se ha llegado también por
la irresponsabilidad e ignorancia de las burguesías catalana y española, en su
afán de desequilibrar hacia sus intereses exclusivos el conflicto de clases,
cada vez más agudizado entre nosotros por la crisis y las nefastas medidas
puestas en marcha para su solución.
Mientras,
otra gran sinrazón nos sobrevuela sin que nadie la eleve a la categoría de monumental
conflicto social y político, a pesar de que decenas de miles de personas
inundamos anteayer Madrid: ¡Siguen matando mujeres! Sólo cuarenta y ocho horas
después, cinco mujeres más han muerto. ¡Han muerto simplemente por ser mujeres!
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