En París sonaban los ecos del dolor y de lamentos por tanta
sinrazón, por la muerte de mucha gente en ese ataque contra la libertad y la
democracia. Al tiempo de tanta tristeza, surgía por toda Francia, Europa y gran
parte del mundo un halo de rabia contenida y un grito en busca de racionalidad.
¡No podrán con la libertad y la democracia!
Mientras aquí en España otro terrorismo también oscuro e
inmoral sigue golpeando contra la libertad y la igualdad. Terrorismo
nauseabundo como los otros, de falsos
machos, que asesina mujeres porque son mujeres. Dos en veinticuatro horas,
siete en la última semana… ¿Cuántas suman ya?...
Basta ya de esta estadística macabra. Sumemos al conjunto de
la sociedad en una apuesta radical por la vida, contra la violencia machista,
por la libertad y por la igualdad. Qué
árboles revestidos de falsas ideologías no impidan disponer de un bosque lleno
de vida, libertad e igualdad.
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