ACOREX, CEMENTERA Y SIDERURGIA BALBOA, GRABASA, DITER,
CETARSA… Son algunas de las empresas extremeñas que últimamente han
desaparecido o han visto disminuido su tamaño. La empresa grande y mediana en
Extremadura y en particular la industrial es como el águila real: escasea y
necesita protección.
Ahora toca el turno de la mina Aguablanca, situada en Monesterio
y productora de cobre y níquel. Sus propietarios, una multinacional canadiense,
han decidido no cumplir las condiciones de concesión otorgada por el Gobierno de España y la quieren
cerrar prematuramente, dejando a casi 400 personan sin empleo y traicionando a
una zona donde viven casi 20.000 personas.
Y todo ello cuando en poco más de una década de producción, Aguablanca ha obtenido subvenciones públicas
por valor de 7,6 millones de euros y resultados de explotación constantes positivos,
próximos a los 6 millones de euros anuales.
La Junta de Extremadura, la Junta de Andalucía y en
particular el Gobierno de España no pueden consentir este atropello.
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