El abandono el pasado sábado, en directo, de la “Sexta Noche” del catedrático de Economía Aplicada, Juan Torres, cansado de “telemanejes” e insidias, tras algunas de las afirmaciones de uno de esos pseudo contertulios pagados por la empresa sólo para “animar” el cotarro, ha sido un gesto valiente, sensato y didáctico. Ojalá otros le hubieran precedido y así aminorar secuelas. Me temo que es tarde y el daño bastante irreversible.
Estos mal llamados debates políticos, con profesionales de la
mediática e incluso de la política, para el bien exclusivo de sus bolsillos e
intereses, prestándose a este circo
de despropósitos, además de una fábrica de generar pingües beneficios para
todas las cadenas televisivas, incluida la pública, cumplen un objetivo
ideológico concreto de primer orden: truncar el debate y denigrar la política.
Convertir la política en muñeco de feria al que todos tiramos
pelotas de trapo, sólo beneficia a quienes la política les impide sus aspiraciones
más viles, caciquiles y opresoras.
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