España entera sigue llorando los cinco goles que Holanda nos
endilgó en el primer partido del Mundial: Lo llorones y patriotas que nos
ponemos con el fútbol, con exaltación nacionalista del rojo y gualda incluida. Y
cuanto nos cuesta ese patriotismo, ante aquellas otras cuestiones que atentan
contra el Estado social y nuestros derechos de ciudadanía.
En los últimos tres años los distintos gobiernos nos han clavado goles a bocajarro, sin apenas defensa, en
sanidad, educación, dependencia, derechos laborales, salarios, pensiones, derechos
de ciudadanía, etc. Y mientras, la mayoría del personal haciendo el “tiki-taka”
en el centro del campo, aspirando a que en algún contraataque nos piten algún
penalti a favor, como ha ocurrido con el reciente caso de Coca Cola.
Pero fútbol es fútbol, y es circo. Y los patriotas, vía
televisión, deambularemos por Maracaná, mientras aquí Rajoy sigue metiendo en
la cárcel a luchadores por los derechos, indultando a los propios, financiando
bancos a consta de la ciudadanía y trasfiriendo rentas del trabajo al capital,
a través de su reforma fiscal.
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