miércoles, 19 de noviembre de 2014

UNA RETROSPECTIVA DE CASI CUATRO AÑOS. 22 DE MAYO: POLÍTICAS PARA REACTIVAR LA POLÍTICA


UNA RETROSPECTIVA DE CASI CUATRO AÑOS

Ahora que se ponen en cuestión tantas cosas por la vorágine política, social y económica que vivimos y que al parecer nos vemos abocados a situaciones novedosas, cambiantes y revisionistas de casi todo, me permito a través de esta entrada invitar a la reflexión sobre el posible tiempo perdido, en estos casi cuatro años, releyendo el artículo que me publicó el Diario Hoy a las puertas de las elecciones municipales y autonómicas de Mayo 2011.

22 DE MAYO: POLÍTICAS PARA REACTIVAR LA POLÍTICA

Las consecuencias de la profunda y ya larga crisis, sobre todo las relacionadas con el desempleo y el duro ajuste en las políticas de gasto, están provocando de forma preocupante, en la mayoría de la población, fuertes dosis de incertidumbre, desconfianza y ansiedad que, junto al incremento y extensión de la pobreza, con el consiguiente aumento de las desigualdades, sitúa a amplias capas sociales en un serio riesgo de exclusión social y, lo que es peor, en una evidente lumpenización a aquellos grupos más débiles y vulnerables.
Quienes están inmersos en este panorama social se sienten lacerados por el sistema,  heridos por quienes, de forma individual o colectiva, a través de las organizaciones y entidades que representamos los distintos intereses que intermedian en la sociedad, sean éstos de carácter político, social, económico-financieros o  mediáticos. Nos culpan en gran medida de su situación particular y de la general; y por ello, nos consideran, en gran medida, rechazables y hasta detestables.
Nos encontramos, en definitiva, con un amplio componente de la sociedad  que se considera víctima del sistema y de todo aquello que, de una u otra forma, se identifica como parte del mismo; situando el mayor protagonismo de ese rechazo en la política y en sus agentes fundamentales, los partidos políticos y sus líderes.
Este panorama no obedece sólo a la consecuencia casual de las derivas e impacto de la crisis, ni siquiera al mayor o menor acierto y pericia de los agentes políticos, aun acumulando una fuerte responsabilidad en ello.
Por darse en un régimen político democrático teóricamente  consolidado y en una sociedad abierta y globalizada, se presenta de forma más sibilina y etérea, pero como en otras ocasiones, tiene componentes relacionadas con fuertes intereses de poder y objetivos de dominio social, económicos y políticos; persiguiendo una sociedad de mercaderes y clientes, dominada exclusivamente por reglas economicistas en una aldea global, donde la distancia entre la masa social y las élites dominantes sea cada vez mayor y sin intermediarios. Para lo que está siendo muy necesario el concurso de un importante ejercito mediático, que, aún sin convencimiento, haga la guerra sucia y destruya la principal arma de que dispone el estado social: el colchón que supone el entramado social existente, mayor o menor según que caso, conseguido a través de la articulación de la sociedad.
Por todo esto quienes legítimamente aspiran el 22 de mayo a representar a la ciudadanía y a gobernar, tienen una tarea mayor, más de trazo grueso y que vaya más allá de la concreción de la gestión determinada de cada administración. Tienen la responsabilidad de catalogar las acciones y someterlas al veredicto de la ciudadanía, para recuperar la política para la sociedad.
Probablemente esto no sea fácil, más cuando se sigue acostumbrado al tic del mensaje global, corto y sin contenido, al eslogan y al corsé publicitario como si la política fuera simplemente vender un producto. La política es ideología y ésta debe sustentar la manera de hacer las cosas y de gestionar.
La política que en su praxis, y hay más de la que parece, rechaza el contrato con la sociedad, con sus interlocutores, sean del signo que sean y representen a los intereses que representen, está rechazando directamente vertebrar la sociedad y debe vérsele el plumero, porque aspira, simple y llanamente, a ejercer el poder por el poder.
Una campaña electoral cuyo colofón es elegir a los representantes políticos más próximos a la ciudadanía, ayuntamientos y parlamento regional, debe enganchar nítidamente a ésta, por lo que se debe basar en el debate y el diálogo permanente con los ciudadanos, en el análisis y las posibles soluciones, si existen, de los problemas reales que son competencia de dichas administraciones. Lo contrario supone engaño y frustración.
La ciudadanía debe ser consciente de lo que se puede y de lo que no se puede hacer, de lo que es alcanzable y no, así como de lo que se juega y de lo que empeña cada cual cuando se aplican determinadas recetas o políticas. Para ello hay que decir la verdad, no a medias y menos mentir.
Contratar con la sociedad y sobre todo en los tiempos que corren no debe ser prometer, sino establecer  compromisos reales y  sobre todo elementos de equilibrio entre las distintas capas sociales para amortiguar los sacrificios, cuando sabemos que habrá que hacerlos y probablemente algunos de gran calado.
La ciudadanía debe saber que la situación socioeconómica de nuestra región es complicada y con muchas dificultades e incertidumbres a futuro. Alto desempleo y precariedad laboral, baja actividad, desequilibrio en la estructura económica, bajos salarios y pensiones, escasa población y dispersión de la misma, escaso margen fiscal, alta restricción financiera y crediticia, etc.
Extremadura difícilmente crecerá económicamente en los próximos años a ritmos superiores al 1%, con lo que la creación de empleo neto, lo diga quien lo diga, no dejará de ser una entelequia. Por otra parte deberá mantener de manera prioritaria la factura social – sanidad, educación, dependencia y políticas sociales- como mínimo en los términos actuales, a sabiendas que supone condicionar  para ello casi el 75% del presupuesto de gastos, en un contexto de contención, si no de disminución, de los ingresos.
Creo entonces fundamental que las distintas fuerzas políticas, dada la situación, debieran alejarse de esos inmensos catálogos de propuestas que nos ofrecen, interesantes y creativas las  más de las veces, compartidas a menudo con colectivos sociales, pero también letanías repetitivas en ocasiones de escaso interés. Y nos centraran a la ciudadanía en el terreno de juego posible, ofreciéndonos un papel y una misión en el proyecto que cada cual pretende emprender a partir  del día 23 de mayo.











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