miércoles, 12 de marzo de 2014

SÉPTIMA ETAPA: MORALEJA. RELANZAR EXTREMADURA. "50 MEDIDAS PARA LA ACTIVACIÓN DE LA ECONOMÍA Y EL EMPLEO"


"50 MEDIDAS PARA ACTIVAR LA ECONOMÍA Y EL EMPLEO". SÉPTIMA ETAPA: MORALEJA
Pasadas las 20 horas de ayer comenzábamos la Asamblea en la Casa de la Cultura de Moraleja. Más de sesenta personas nos esperaban atentas y expectantes. A la puerta, en los saludos, en la forma de apretarte la mano y en el destello de la sonrisa al besarte, notabas el buen recibimiento. Había ganas de escuchar y participar. Algunas expresiones, entre cariñosas y un tanto de reproche, así lo trasladaban: "coño!!, ya está bien que vengáis por aquí los máximos dirigentes"... " Bueno, como está el patio, este salón tenía que estar a rebosar!!, pero bueno, también es verdad que últimamente no se había visto tanta gente como hoy"...
A medida que trascurren etapas, asambleas, conversaciones, preguntas, reflexiones, gestos... Uno va aprendiendo. Cada vez más, percibes que la gente es muy consciente de la situación en que se está desenvolviendo y que en general se vive con bastante incertidumbre, pero también de manera heterogénea. Algunos análisis, en términos estadísticos, que expongo de la economía regional, el empleo y de la situación social o del tejido productivo, aún sin conocerlos en su globalidad y profundidad, al personal no le son extraños: la mayoría, sus consecuencias las viven en sus propias carnes. Lo más, asienten con la cabeza, como diciendo: " qué me vas a contar a mí...". La falta de empleo, de futuro, afrontar las necesidades básicas de la vida cotidiana, la bajada de los salarios, afrontar la vejez y el futuro de las pensiones, etc.; son las preocupaciones, coincidentes con las de otros lugares ya recorridos.
Noto el cambio de actitud cuando hablo de propuestas, alternativas, cuando se desgranan algunas de las 50 medidas. Y sobre todo, percibes la fuerza colectiva de quien ávidos escuchan, cuando pasas a la acción, a explicar la necesidad de activarse y de activar al conjunto de la sociedad, a no esperar que el "chaparrón" pase, la necesidad de la reivindicación, de movilización... La necesidad de desenmascarar la mentira, la parafernalia, de hacer política pensando en la gente y para la gente...La necesidad de frenar la destrucción de un modelo social en la región, construido en nuestra etapa autonómica, en los últimos 30 años, aún con muchas carencias y dificultades, pero bastante equilibrado en términos de igualdad, servicios públicos e infraestructuras entre el ámbito rural y el urbano.
Moraleja, con sus pedanías, es una localidad que sobrepasa los 7.200 habitantes, lo que la convierte en la octava localidad cacereña en población. A diferencia del conjunto de la región, Moraleja ha mantenido más o menos estable su población desde los años sesenta del siglo XX hasta hoy. En aquellos años duplicó, casi hasta los 8.000 habitantes, debido a la construcción del embalse de Borbollón y su zona regable, que la convirtieron en lugar de colonización, con la construcción de caseríos y poblaciones, como Vegaviana, que se independizó en 2009, convirtiéndose en municipio.
Como umbral de la Sierra de Gata es el centro comercial y de servicios, por excelencia, de los pueblos de la Sierra. Está conectada por autovía con las principales ciudades de la región, Madrid, Salamanca y Sevilla. La conexión con Portugal a través de Monfortinho ha mejorado sustancialmente, a la espera de hacerlo finalmente también por autovía. De bastante calidad también es la red de carreteras que discurre por las distintas localidades de Sierra de Gata. Por lo que el concepto de "las balanzas estructurales", que ahora algunos manejan con tanta soltura, en esta zona y aunque a "nadie amarga un dulce", está un poco difuminado; sobre todo entre aquellas personas conocedoras de la realidad de aquí, tan sólo 20 años atrás. Sí hay preocupación, de manera muy especial en la Sierra, por el futuro de los servicios públicos esenciales, por la pérdida de población y por la mejora de las infraestructuras turísticas, medioambientales y de conservación.
En las etapas trascurridas de este viaje hay una demanda muy común y extendida que ayer volvió a repetirse entre las personas asistentes: la necesidad de hacer "piña" entre partidos, sindicatos y movimientos sociales para no dejar que la situación siga deteriorándose, para que importen la personas y para que haya un gran altavoz que las representen, como ocurrió en los pasados años 80 y 90. 
Mi reiterado dicho "que entre el rojo intenso y el rosa pálido cabemos mucha gente" sigue gustando y asintiendo cabezas.

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